La Estatua de la Libertad y la Isla Ellis son dos de los musts para una vista a Nueva York, no solo por su belleza y sus vistas sino por lo que significan: una bienvenida a la ciudad donde todos son acogidos y donde todo es posible. Por desgracia, la cantidad de visitantes que reciben ha hecho que ya no todos sean bienvenidos ni sea posible visitar todos los espacios.

Foto por Alex Haney en Unsplash

Cada año, más de un millón y medio de personas pasean por ambos lugares, de las cuales una mínima cantidad (unas mil al día) llegan por medio de tours guiados. De acuerdo con el Servicio Nacional de Parques, responsable de la isla y la estatua, esto es suficiente para que causen problemas de flujo de visitantes y ruido, por lo que decidió prohibir su acceso a la famosa torre de observación de la estatua y a su nuevo museo, así como al Museo de Inmigración de la Isla Ellis.

Según le dijo el vocero de la institución al periódico New York Times, el aumento en la cantidad de tours degrada la experiencia para todos los visitantes, porque los guías interrumpen las actividades programadas, bloquean el paso, acaparan los espacios más interesantes, hacen demasiado ruido al explicar los atractivos a los visitantes e incluso se pelean entre ellos.

Aunque los tours todavía podrán llevarse a cabo en las áreas al aire libre y también en el lobby y el mezzanine de la Estatua de la Libertad, las partes más famosas del recorrido estarán reservadas para quienes lleguen por su cuenta.

Esta medida está vigente desde el pasado 16 de mayo de 2019, por lo que si planeas un viaje a la Gran Manzana, ten en cuenta que no vale mucho la pena contratar un tour, porque no podrás tener la experiencia completa de la vista desde la estatua. Además, recuerda que la compra de tu boleto de ferry de la línea Statue Cruises ya incluye un tour oficial, que es impartido por miembros del Sistema Nacional de Parques, tanto en la Isla Ellis como en la Estatua de la Libertad.

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