Todos lo hemos hecho alguna vez: nos subimos al avión, vemos una fila vacía y decidimos cambiarnos de lugar para estar más cómodos. Puede parecer algo muy inofensivo, pero podría tener consecuencias graves.

Foto por James Coleman en Unsplash

Actualmente, la mayoría de las aerolíneas de bajo costo cobran por tener un buen lugar en las áreas de adelante o en medio del avión, mientras que los asientos gratuitos son los de atrás y se asignan de manera aleatoria al momento de hacer el check-in. Por eso muchas personas esperan a subir para poder cambiarse a un lugar mejor.

Si tú eres de esas personas, te recomendamos que la próxima vez pidas permiso a algún integrante de la tripulación, porque los asientos vacíos podrían estar ahí por una razón.

Sobre todo en los aviones más pequeños, las diferencias de peso pueden ser muy significativas. Durante el despegue, es muy importante mantener el centro de gravedad de la aeronave, aunque más adelante en el vuelo ya sea posible moverse.

Darren Patterson, un piloto comercial estadounidense, lo explicó así a la BBC: «Todos los aviones operan en una estructura de estabilidad. Para permanecer en ella de forma continua, el peso debe estar contabilizado». Continuó explicando que en un avión comercial grande, alguien puede cambiarse de lugar diez filas y que no pase nada, pero en uno más pequeño los efectos podrían ser mucho más dramáticos.

Sea cual sea el tamaño del avión en el que viajas, lo más importante es esperar a que todos los pasajeros ya se encuentren dentro y entonces preguntar con mucho tacto si puedes cambiarte. Los miembros de la tripulación podrán evaluar el caso y decirte si es seguro que te cambies o no.

En ocasiones, podrían decirte que no y que la razón no se relacione con el peso sino con sus políticas de cobros. Sin embargo, no hay más opción que obedecer a los expertos.