Haz a un lado el típico tour a las grandes ciudades americanas y cálzate tus mejores botas de aventura: con 61 reservas de increíble belleza, Estados Unidos es una excelente opción para entrar en contacto con la naturaleza. Nosotros elegimos nuestras preferidas para que solo debas preocuparte por empacar todo lo necesario.

Bryce Canyon National Park

¿Te imaginas contemplar una panorámica con chimeneas de piedra rojiza, cañones anaranjados y montañas color de rosa? Hazlo realidad en este santuario natural al sur del estado de Utah, famoso porque concentra la mayor cantidad de hoodoos (espirales de roca) de todo el planeta. Las vistas en este parque son espectaculares sin importar la época del año en que lo visites, aunque adquiere especial belleza durante los meses invernales, cuando sus torres y desfiladeros se cubren de nieve. Aquí podrás acampar, observar la vía láctea o ver fósiles de dinosaurio en su museo de geología.

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Yosemite National Park

Un imperdible si lo tuyo son las actividades al aire libre y la fotografía de paisajes, pues en sus más de 3 mil kilómetros cuadrados de extensión hallarás desde cascadas altísimas hasta cimas nevadas. Si no sabes por dónde empezar, te recomendamos llegar temprano a las inmediaciones del acantilado de granito conocido como El Capitán, muy popular entre los escaladores; otro punto de visita obligada es su bosque de secuoyas: ¡verás árboles de más de 2 mil años de edad! Para conocer todo esto y más debes dirigirte a la Sierra Nevada, al oriente de California.

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Grand Teton National Park

Se ubica en el costado noroeste del estado de Wyoming y es atravesado por la cordillera Grand Teton, una cadena de altísimas montañas coronadas por glaciares perpetuos. A pesar de ser remoto y salvaje, este parque nacional cuenta con un importante legado histórico: fue hogar de numerosas tribus indígenas y uno de los primeros sitios del oeste americano en ser colonizado por los europeos. Si te interesa indagar en su pasado, lánzate a su centro de visitantes; si prefieres ponerte en acción, checa su oferta de hiking, senderismo, campismo y pesca de trucha en el río Snake.

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Yellowstone National Park

Quizá su nombre te sea familiar por ser escenario de las andanzas del oso Yogi (el de las caricaturas de Hanna Barbera, ese que robaba loncheras), sin embargo, este gigantesco parque repartido entre Montana, Wyoming y Idaho cuenta con mucho más que referencias televisivas. ¿Quieres ejemplos? Empieza sincronizando tu alarma con Old Faithful, un géiser activo que arroja agua cada 90 minutos —¡la exactitud con que lo hace es asombrosa! Otra delicia del parque es recorrerlo en busca de manadas de bisontes y alces, pues es uno de los pocos espacios naturales donde aún habitan en libertad. Mucho ojo: los avistamientos y encuentros con osos grizzly son frecuentes, por lo que no está de más ser precavido (y no solo nos referimos a cuidar tu comida).

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Arches National Park

El nombre de este parque de Utah no podría ser más elocuente, pues su principal atractivo son unos caprichosos arcos de piedra formados por la erosión del viento a través de las eras. Entre los más famosos están los llamados Delicate Arch (parece una puerta labrada con piedra roja) y Balanced Rock que —como su apodo sugiere— consiste en una enorme roca suspendida en la cima de una columna caliza. Checa los requisitos para acampar en las proximidades de estos monumentos: podrás ver el amanecer como lo hubieran hecho los mismísimos Picapiedra.

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