Entre templos, palacios, mercados flotantes y vistas panorámicas, Bangkok es una de esas grandes ciudades que te emocionan e intimidan a la vez. Armamos esta guía para que tu paso por ella sea más fácil. Esto es lo que no te puedes perder:

Foto por Evan Krause en Unsplash

Tomar un respiro en el Lumphini Park
Ubicado en el centro de la ciudad de Bangkok, es un refugio de tranquilidad que ofrece a los habitantes de la ciudad y a los visitantes una conexión perfecta con la naturaleza. Con más de medio millón de metros cuadrados, es el hábitat de diversas especies de flora y fauna autóctonas. Aunque en un inicio fue pensado como un centro de exposiciones para artesanías, se convirtió en un lugar para realizar actividades de ocio al aire libre. Acá podrás disfrutar de amaneceres y atardeceres dignos de una postal y de actividades para todas las edades, desde sesiones gratuitas de aeróbicos, hasta conciertos de grupos de jazz locales y orquestas clásicas.

Visitar el Gran Palacio con recato
Si vas a Bangkok y no conoces el Gran Palacio, ¿en realidad fuiste a Bangkok? Construido en 1782, funcionó varios años como la residencia del rey. Dentro de este increíble complejo encontrarás varias edificaciones tradicionales, jardines y nuestro lugar favorito: el Templo del Buda de Esmeralda, que, como su nombre lo indica, tiene una figura de buda esculpida en jade. Por cierto: para poder entrar necesitas cubrirte. Los hombres deben usar pantalón largo, camisa con mangas y calcetas (aunque sea con todo y chanclas). Las mujeres también deben cubrir todas sus extremidades. Si no llevas vestimenta adecuada, a las afueras del templo pueden proporcionarte ropa.

Ver al amanecer en Wat Arun
Ubicado a la orilla oeste del río Chao Phraya, casi enfrente de Wat Pho (el templo del buda reclinado), es uno de los recintos religiosas más impresionantes de Bangkok. Uno de sus apodos es el «Templo del Amanecer» por las hermosas vistas panorámicas que ofrece a esa hora del día, así que a poner el despertador temprano. Por el hecho de tener agujas adornadas de colores, su diseño es muy diferente el del resto, lo que lo convierte en una experiencia única. Si quieres poner a prueba tu condición, sube las escaleras hasta la torre más alta para obtener la mejores vistas. Te recomendamos invertir al menos una hora en este lugar.

Comer pad thai y mango sticky rice
Definitivamente la comida tailandesa es algo que no te puedes perder. Dos clásicos, que sin lugar a dudas son de nuestros favoritos, son el pad thai, fideos de arroz sofritos con huevos y tofu, condimentados con pulpa de tamarindo, salsa de pescado, camarones secos, ajo, ají rojo y azúcar de palma. Se sirve con rodajas de limón y cacahuetes tostados picados. Por otro lado, el mango sticky rice es un postre tradicional, servido sobre todo en verano que, como su nombre lo indica, está hecho con arroz, mango fresco y leche de coco. Aunque se origina en Tailandia, se consume en toda la región indochina del sudeste asiático.

Foto por Lisheng Chang en Unsplash

Navegar por el mercado Damnoen Saduak
Localizado a unos 100 km de Bangkok, en el distrito de Ratchaburi, es considerado uno de los mercados flotantes más hermosas del mundo. De hecho, ha salido en varias películas. Para llegar tendrás que tomar un autobús de dos horas o contratar una visita guiada con una agencia local de la ciudad (esta opción es la más conveniente si quieres llegar más rápido). Consiste en un laberinto de canales estrechos que se pueden navegar en bote. Los comerciantes se acercarán a ofrecerte sus alimentos y artesanías. Aunque es más concurrido por las mañanas, está activo hasta el mediodía.

Recorrer Wat Pho
Es un increíble complejo de templos budistas en el distrito de Phra Nakhon de Bangkok, más específicamente, en la isla Rattanakosin. El nombre oficial es: Wat Phra Chetuphon Vimolmangklararm Rajwaramahaviharn Wat Phra Chettuphon Wimonmangkhlaram Ratchaworamahawihan (a ver, pronúncialo). Este recinto alberga la mayor colección de imágenes de buda en Tailandia, incluyendo el famoso y enorme buda reclinado, totalmente de oro, que tiene 46 metros de largo. Pero no solo es un centro religioso, también alberga una escuela de medicina tradicional. Como dato curioso: se cree que aquí nació el masaje tailandés, que todavía se enseña y se practica dentro del templo.

Caminar por la calle Khaosan 
Conocida como el paraíso de los mochileros, es un kilómetro entero de pura diversión, ahorro y buena onda. A tu paso encontrarás desde casas económicas en renta y hoteles de gama media, hasta bares, restaurantes, salones de masajes, librerías, tiendas de tatuajes y mil cosas más. En este lugar, el ambiente y la vibra es tan cool que la gente, los vendedores ambulantes y el espíritu de fiesta se expandieron hasta la vecina Soi Rambuttri. Contágiate de una energía y un mood completamente diferente a cualquier otro lugar en Bangkok, ya que Khao San tiene una atmósfera que te atrapa, a tal grado, que es muy popular entre los lugareños, especialmente con hipsters y estudiantes de arte.

Pasear en tuk-tuk
Este transporte de tres ruedas solía ser la forma favorita para moverse en Bangkok antes de que el metro y los taxis se hicieran cargo. Abordarlos es más una experiencia que una forma práctica de desplazarse. Las tarifas varían dependiendo de la distancia recorrida, la hora del día, el tráfico y el estado de ánimo de los conductores. Normalmente, un viaje muy corto te costará 30 bahts. La negociación de tarifas y el regateo es vital porque el precio indicado por el conductor siempre es una tarifa inflada (especialmente siendo turista). En pocas palabras, los tuk-tuks son ideales para viajes cortos. A veces en costo es lo mismo, incluso más barato, tomar un taxi al mismo destino, pero menos folclórico.

Hacerte un masaje tailandés
Si quieres regresar relajado, con energía renovada y conocer una forma alterna de sanación integral, entonces Tailandia es el lugar indicado. Los monjes y practicantes de técnicas ayurvédicas (medicina tradicional de la India que tiene como fin la unificación de cuerpo, mente y espíritu), transmitieron su conocimiento hace varios miles años, creando este delicioso fenómeno que es el masaje tailandés. El tratamiento comienza en los pies y se mueve de forma gradual hacia la cabeza aplicando cantidades variables de presión en las líneas de energía a lo largo del cuerpo para equilibrarlo. Hay masajistas por todas partes a precios increíbles. Si quieres algo más profesional busca un establecimiento confiable.

Subir al mirador del hotel Baiyoke Sky Hotel
Con 84 pisos, la Torre Baiyoke es una parada obligada en el área de Pratunam si quieres tener la ciudad de Bangkok a tus pies. Literal. Actualmente, este es el segundo edificio más alto de Tailandia. Por 400 bahts podrás obtener acceso al mirador y la plataforma de observación giratoria, que están en distintos pisos. Ambas vistas te robarán el aliento. Tu ticket de entrada también incluye una bebida gratis (ya sea jugo, refresco o cerveza, pero te recomendamos la cerveza: vale la pena brindar por esas vistas). La mejor hora para visitarlo es el atardecer y esperar a que caiga la noche y se enciendan las luces.