La capital de Holanda es bien conocida por sus canales, museos de arte y bicicletas, sin embargo, sus bellos parques públicos también merecen ser incluidos en su lista de “imperdibles”. Aquí te ofrecemos cinco recomendaciones pensadas en cada estilo de viajero. ¿Tú ya elegiste tu favorito?

Vondelpark

 
Vondelpark: para los relajados
Este parque es el más visitado y célebre de la ciudad, y las razones de ello saltarán a la vista en cuanto lo visites: verás románticos puentes de piedra, canales tranquilos y mucha vegetación. Muchos viajeros lo prefieren también por sus cafés y restaurantes, como la famosa t’Blauwe Theehuis, una antigua casa de té instalada en un pabellón modernista. Otros atractivos de Vondelpark son su jardín de rosas (¡tiene más de 70 tipos diferentes de flores!), un teatro al aire libre y pistas para patinar o andar en bici. Claro que siempre tendrás la opción de tumbarte en los prados a tomar el sol, como hacen los lugareños.
Rembrandtpark: para los kinderen
Se encuentra en el lado oeste de Ámsterdam, y, como su nombre bien sugiere, fue bautizado en honor al famosísimo pintor holandés Rembrandt van Rijn. Te recomendamos visitarlo especialmente si viajas con pequeños, ya que cuenta con un parque infantil llamado The Het Landje, donde podrán jugar con conejos y cobayos, tomar cursos de cocina o incluso construir su propia cabaña con madera reciclada. Otro espacio que fascinará a los niños es De Uylenburg, una granja destinada a educar a las familias sobre la crianza animal y las labores del campo. Pasearás por sus prados entre corderitos, pavorreales y potros.
Gaasperplas Park

 
Gaasperplas Park: para los más arrojados
¿Adoras ejercitarte al aire libre? Entonces este parque es el indicado para ti, pues cuenta con cinco kilómetros de senderos para recorrer a pie, montando a caballo o en bicicleta. Al centro de esta área natural te encontrarás con un lago artificial donde también es posible practicar deportes acuáticos como windsurf, canotaje, velerismo y natación. ¿Te olvidaste del traje de baño? No serás el único “despistado”, pues el norte del parque ha sido destinado para quienes practican el naturismo, es decir, disfrutar de la naturaleza completamente desnudos. Solo apto para desinhibidos.
Oosterpark: para quienes buscan cultura
Fue construido en 1891 siguiendo la moda de los grandes jardines ingleses, y a pesar de su origen aristocrático hoy es uno de los parques con mayor diversidad cultural de Ámsterdam, pues está rodeado por barrios habitados por gente de Turquía, Marruecos o Surinam. En el verano, los prados de Oosterpark se transforman para dar cabida al Roots Festival, que celebra la diversidad musical del planeta. Una recomendación: visítalo en fin de semana alrededor de las 13:00 y busca la Spreeksteen, una piedra a donde los oradores voluntarios se dan cita para debatir algún tema de actualidad con el público del parque.
Amsterdamse Bos

 
Amsterdamse Bos: para amantes la naturaleza
Con más de 1,000 hectáreas de extensión (¡casi tres veces el tamaño del Central Park de Nueva York!), se trata del área verde más grande de la capital holandesa. Aquí encontrarás muchos rincones fotogénicos, prados para descansar e instalaciones recreativas abiertas a todo público, como el área de canotaje llamada Bosbaan. Los aficionados a observar la vida silvestre no querrán salir de Oeverlanden Amstelveense, una sección del parque donde habitan conejos, ardillas, halcones y garzas, aunque los habitantes salvajes más famosos son las vacas Scottish Highland que pastan libremente para regular el crecimiento del bosque. Atención, glotones: pregunten por la granja de cabras del parque y prueben los helados hechos ahí con leche fresca.