Para tomar la difícil decisión de recomendarte solo cinco ganadores tomamos en cuenta su importancia ecológica, belleza paisajística, accesibilidad para el viajero y trascendencia cultural. Los resultados son los siguientes:

Foto por Joanna Liu en Unsplash

Parque Nacional Torres del Paine, Chile
Ubicado en el departamento de Magallanes, en la remota Patagonia chilena, este espectacular territorio obtiene nombre de su formación montañosa más célebre, un promontorio de origen volcánico coronado por torres de piedra y nieve. Si quieres descubrir sus maravillas apúntate a un tour a caballo hacia sus lagos color turquesa o realiza un hiking hasta alguno de sus glaciares, intactos y de fácil acceso. En el camino verás alpacas, cóndores andinos y —si tienes suerte— zorras grises o hasta algún puma.

Parque Nacional Galápagos, Ecuador
Se trata del sitio donde Charles Darwin obtuvo pruebas e inspiración para formular su teoría de la selección natural, pues sus islas están habitadas por especies endémicas adaptadas a la vida insular. Para conocer a sus habitantes más famosos, las iguanas y tortugas gigantes, deberás descender en la isla Santa Cruz y hacer una caminata hasta la playa. Eso sí, por su fragilidad ecológica, no es recomendable pernoctar en el parque ni se permite hacer alteraciones mayores.

Foto por Ashley Knedler en Unsplash

Yellowstone National Park, Estados Unidos
Lo incluimos por ser el primer parque nacional de aquel país, por tratarse del modelo en el que muchos otros santuarios naturales del mundo se han basado, así como por su belleza, salvaje e imponente. En sus 9 mil kilómetros de extensión, repartidos entre Wyoming, Montana y Idaho, verás géiseres activos, montañas de granito, bosques interminables y lagos para pescar. Si te vas a internar ve prevenido y preparado para encontrarte con especies peligrosas, como osos, alces y gatos monteses.

Kruger National Park, Sudáfrica
Es considerado el mejor lugar en África para admirar especies salvajes, en particular a aquellas que integran el grupo de los Big Five: el elefante, el bisonte, el rinoceronte, el león y el leopardo. Así, no te será complicado reservar un safari fotográfico en busca de estos animales, como tampoco lo será divisar jirafas, cebras y antílopes pastando libres por la sabana. Con más de dos millones de hectáreas de territorio, carente de grandes poblaciones humanas, es también un gran sitio para divisar estrellas y capturar constelaciones.

Foto por Kévin Langlais en Unsplash

Lagos de Plitvice, Croacia
Probablemente ya conocías los otros cuatro parques de este listado, pero ¿habías escuchado hablar de este santuario natural en el centro de Croacia? Tiene un área de 22 mil hectáreas cubiertas de bosque, más de 90 cataratas y 16 lagos de color turquesa que, en conjunto con la vegetación y los riscos, completan una panorámica digna de un relato de fantasía. Otro motivo por el que Plitvice evoca a los cuentos de hadas es su fauna, pues en él habitan especies extintas en otras partes de Europa, como el lobo, el gato montés, el oso pardo europeo y el águila.