Algo maravilloso está sucediendo en la frontera entre Francia y Alemania. Uno de los pueblos alemanes está pescando (literal), baguetes provenientes de panderías franceses a pesar de las restricciones por el coronavirus en ambos países.

Foto por JEAN-CHRISTOPHE VERHAEGEN / AFP

Si se trata de conseguir tu hogaza favorita, el límite es la imaginación. Si bien durante tiempos normales no suele haber ninguna restricción para pasar entre las ciudades fronterizas de Europa, ahora el acceso está prohibido, así es que los ciudadanos han tenido que utilizar nuevos recursos para conseguir lo que quieren.

La frontera entre Alemania y Francia se ha convertido en un espacio de interacción e intercambio entre dos naciones con el fin de conseguir pan y mover la economía de las pequeñas empresas que se han quedado sin sus clientes favoritos debido a las restricciones impuestas por los contagios de COVID-19.

Varios alemanes han declarado que esta es la única manera en la que tienen de conseguir los panes franceses que suelen consumir de forma cotidiana, como baguettes o croissants, para continuar con una tradición que han seguido por años.

Para esto utilizan cañas de pescar. Así, no arriesgan su salud y mantienen distancia entre una persona y otra. ¿Se lo imaginan? ¿Les mandamos tortas ahogadas?

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