Intentar recorrer Italia en 10 días es difícil, pero no imposible. Hicimos un itinerario para que aceptes el reto y no te quedes sin conocer partes esenciales de este país, quizá uno de los más importantes de Europa. ¿Listo? Vas.

Día 1 y 2: Roma

Estar dos días en Roma no será nada aburrido, puedes empezar por el clásico recorrido de todo lo que cualquier turista tiene que ver: el Coliseo Romano, la Fuente de Trevi, el Panteón y los Foros Romanos. Ten en cuenta que cada uno de estos lugares estará lleno de un gran número de turistas, por lo que toma tus precauciones (visítalos a primera hora de la mañana o muy en la noche).

Te recomendamos rentar una vespa para que ahorres tiempo (y dinero) en el transporte al mejor estilo italiano.

Después puedes ir a las boutiques de Via Condotti para sentirte como local —aunque uno con bastante dinero— y ver las alucinantes tiendas de alta costura que están ahí. En contraste, también puedes visitar el mercado de segunda mano de Porta Portese: a lo mejor encuentras algo increíble justo para ti.

Tu segundo día lo puedes pasar menos entre turistas y más entre locales, por ello tal vez valga la pena que recorras algunos de los barrios más bonitos como el Coppedè, Testaccio, Trastevere o la Via Margutta. Aprovecha esos free walking tours para que hagas buen ejercicio y además aprendas la historia de cada lugar.

Asegúrate de no irte de Roma sin probar los gelatos de la heladería Giolitti o la absenta en Da Aristocampo.

Foto por Caleb Miller en Unsplash

Día 3: El Vaticano

El Vaticano es un pequeño país independiente dentro de Roma. Su mayor atractivo son los Museos Vaticanos, pero por ninguna razón debes irte sin entrar a la Basílica de San Pedro, que es una iglesia y un museo.

Puedes darte una vuelta por las tumbas de los distintos papas en el nivel inferior de esta basílica a través de lo que se conoce como Las Grutas Vaticanas. Sin embargo, también deberás subir a la cúpula para admirar la ciudad, solo que cuidado: son 330 escalones que se deben subir a pie. ¡Sé fuerte!

Los museos por sí solos bastarían para que te pases el día admirando las obras que resguardan, pero lo que no debes perderte es la Capilla Sixtina, las habitaciones del pintor Raffaello o la galería de las cartas geográficas.

Aunque si lo tuyo no es estar mucho tiempo en los museos, también puedes visitar el Castillo de Sant’Angelo.

Foto por Marcel Painchaud en Unsplash

Día 4 y 5: Nápoles

En Nápoles se come la mejor pizza. Pero antes de eso, hay que hacer apetito. Visita el Palacio Real muy temprano para evitar formarse en largas filas, también admira el Palacio de la Prefectura y el Palacio Salerno. Ya que estás en esas.

De ahí, camina por la Galería Umberto I, una calle que consiste en cuatro pasillos cubiertos por una bóveda de hierro y vidrio. Tómale una foto a la gran cúpula que estará sobre tu cabeza.

Por la tarde, ya cuando esté cayendo el sol, visita Spaccanapoli, donde están el Domo, la Basílica de San Domenico o la Plaza del Gesú. Es un barrio donde la vida local de Nápoles es por sí misma un atractivo.

Y ahora sí: ve por una pizza margherita en uno de los puestos que encuentres sobre las calles. No podemos recomendarte un solo lugar puesto que todos están deliciosos. Pero no te olvides de probar otras cosas, como el mozzarella di bufala o el scialatielli. Haz un tour de street food para que no te quedes con las ganas.

No te vayas sin comprar algún recuerdito en la via San Gregorio Armeno, si vas en Navidad puedes encontrar uno de los mejores mercados del mundo. Si vas en cualquier otra temporada, aprovecha para conseguir alguna estatuilla de personajes famosos.

Foto por Lorenzo Castagnone en Unsplash

Día 6: San Marino

Pocas personas saben que San Marino es en realidad el primer núcleo histórico de Italia y, por lo mismo, está lleno de curiosidades tanto para locales como para turistas. Además, es muy fácil de llegar y de recorrer.

Sube al Monte Titano para que puedas observar las impresionantes vistas de la ciudad. También, entra en cada uno de los castillos (o torres: Guaita, Cesta y Montale) que se alzan en lo más alto del monte: en uno de ellos vas a encontrar una colección de armas antiguas.

Para comer, te recomendamos Antica Trattoria Jole, que a pesar de que es pequeño vale toda la pena del mundo. Te vas a sentir resguardado mientras pruebas auténtica pasta italiana y una cerveza.

Por último visita la Basílica de San Marino y el monasterio de Santa Clara, ahora convertido en una universidad y museo emigrante. No te vas a olvidar de lo tranquila que es esta ciudad.

Foto por Antônia Felipe en Unsplash

Día 7: Florencia

Has llegado a una de las ciudades más bonitas de toda Italia y no hay tiempo que perder. Empieza por subir 414 escalones para apreciar toda la ciudad en el Campanile di Giotto.

Después toca visitar el Museo Uffizi para que admires obras de Miguel Ángel, Leonardo da Vinci, Botticelli y Rafael. Como un sueño vuelto realidad. De ahí camina por la Piazza della Signoria, la plaza central de la ciudad, que cuenta con muchísimos atractivos que seguro te dejan boquiabierto.

¿Te gusta mucho el arte? Estás en el lugar indicado. Debes visitar —sí o sí— la Galleria dell’Accademia para ver el David original de Miguel Ángel. Y, claro, presumirlo en tus redes sociales.

A pesar de tener poco tiempo para recorrer Florencia, no se te vaya a olvidar comer una fiorentina, un chuletón exquisito. O si no eres de comer tanto, aprovecha los Jardines de Bóboli para hacer un picnic.

Finalmente prueba el cantucci y vin santo, luego nos agradeces.

Foto por Albert Dezetter en Pixabay

Día 8: Boloña

Lo bueno de Boloña es que es tan pequeña que fácilmente en un día recorres cada uno de sus increíbles espacios.

No puedes dejar pasar la oportunidad de descubrir qué hay en dos de las torres más emblemáticas de la ciudad: la Torre degli Asinellu y la Garisenda.

Después es necesario que visites el Roxy Bar, famoso entre los fans de Vasco Rossi, para refrescarte con uno de sus magníficos cocteles y tal vez comer algo que se te antoje.

Los alimentos típicos que vas a encontrar aquí son tortellini y bocadillo con mortadella. ¡Son deliciosos!

De ahí camina a la Piazza Maggiore, donde vas a encontrar el Palazzo Comunale, el Palazzo dei Bianchi y la Basílica de San Petronio. Lugares imperdibles que imponen la histórica importancia de Boloña.

Por último, visita la Biblioteca Salaborsa o el MAMbo, un museo de arte moderno y contemporáneo muy interesante. Tienes toda la tarde para husmear entre sus pasillos y encontrar un libro para que te lleves como recuerdo.

Foto por Fernando Meloni en Unsplash

Día 9 y 10: Milán

Junto con París, Milán es considerada la capital de la moda. Y no hay mejor forma de terminar este itinerario que visitándola.

Empieza por ir al Duomo de Milán, la atracción principal de la ciudad. Sube hasta la cima y toma cuantas fotos panorámicas se te ocurran, es una experiencia increíble.

Después visita la La última cena de Leonardo da Vinci en la Iglesia de Santa María de las Gracias, esta es un poco difícil de encontrar pero nada es imposible para los viajeros más aventureros. Acá no puedes tomar fotos, pero la emoción de ver la famosa pintura no te la quitará nadie.

Otro imperdible son las columnas de San Lorenzo para sentirse en Italia pero también en Nueva York. Son una mezcla de modernidad y pasado que se siente bastante bien. Sirve que así te preparas para tu próxima aventura.