Si quieres planear un viaje a un lugar único y lejano, te recomendamos mucho esta ciudad de Marruecos, que se divide entre una medina o ciudad antigua, fundada hace más de mil años, y una más nueva, construida por los franceses en el siglo XIX. ¿No estás convencido? Te damos cinco razones.
Para ver arquitectura increíble

Vista de la Mezquita Koutoubia.

Es difícil resumir todos los atractivos arquitectónicos de la ciudad. Los palacios, mezquitas y jardines son famosos por su colorido, su sensación de tranquilidad y sus grandes arcos y cúpulas, producto de la mezcla de estilos musulmanes y provenientes de África. La mezquita Koutoubia, que se puede ver desde cualquier punto de la ciudad antigua, es una primera parada obligada. Después, elige entre los varios palacios y jardines. Si eres amante de la moda, es indispensable ir al jardín Majorelle, donde se inspiró el diseñador Yves Saint Laurent.

Para comer delicioso sin gastar de más

Plaza Djema el-Fna de noche

Los puestos callejeros son una deliciosa tradición de la ciudad. Pasea por la plaza Djema el-Fna y seguro encontrarás algo que probar. Lo más tradicional es el cordero preparado con comino y sal, así como una gran variedad de vegetales. Para sentarte un rato, el tradicional Café de France, con su cómoda terraza, es una gran opción. Y para la cena, en el Casino de Marrakech puedes disfrutar de deliciosos platillos mientras ves un espectáculo. A comparación de los precios en ciudades europeas, aquí todo es bastante accesible.

Para caminar a gusto

Foto por negahuk en Pixabay

A pesar de todo lo que tiene para ofrecer, la ciudad antigua no es muy grande, por lo que una de las mejores formas de recorrerla es a pie. Las zonas más importantes son solo peatonales, así que no tendrás que preocuparte del tráfico. Eso sí, sus calles son laberínticas, así que asegúrate de tener un mapa (tu hotel puede proporcionarte uno) o de descargarlo en tu celular. Otro tip: durante los meses más calientes vale la pena aprovechar la alberca del hotel durante el día y salir a pasear hasta que baje el sol.

Para comprar… de todo

Souqs calle de Marrakech. Foto por Annie Spratt en Unsplash

Estarás en el paraíso de las compras. En los souqs o mercados de la plaza Jamaa el Fna podrás encontrar desde especias hasta alfombras, sets para tomar el té y textiles. Siempre se vale regatear, pero prepárate para regresar a casa con un gran botín por el que seguramente habrás pagado un poco de más. Ellos nunca pierden. Si buscas algo más trendy, en la zona moderna encontrarás boutiques de diseño con mas curaduría, tal es el caso de 33 Rue Majorelle o Chabi Chic, entre otras.

Para seguir viajando

Paseo a camello en el Desierto del Sahara. Foto por Tomáš Malík en Unsplash

Una vez que la visites, seguro querrás conocer más del norte de África y todo lo que tiene para ofrecer a un viajero. Por su ubicación y su buena conexión por aire y por tierra, Marrakech es un buen punto para continuar tu viaje por Marruecos o para acercarte a Europa desde España. También es la puerta de entrada a otras partes del país que no te puedes perder, como Fez, Chefchaouen y el desierto del Sahara.
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