La capital cultural e histórica de Escocia te va a fascinar porque en ella se agrupan un montón de atractivos salidos de novelas de fantasía. ¿Harás con nosotros el circuito que pasa por Inglaterra, Escocia e Irlanda? Esto es lo que no te puedes perder en tu día libre en Edimburgo.

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Subir al castillo de Edimburgo
Sin duda se trata del monumento más querido y visitado de la capital escocesa; y aunque su nombre te pueda hacer pensar en una fortaleza medieval, en realidad se trata de un complejo palaciego con porciones de los siglos XII, XVI y XVII —todo encaramado en la cima de un gran risco. Considerado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, de aquí no te puedes ir sin admirar la panorámica de la ciudad así como las joyas de la corona escocesa, resguardadas en su interior.

Caminar por la Royal Mile
Es la avenida más importante del centro histórico, pues a lo largo de ella se ubican los edificios más importantes de la ciudad. Royal Mile comienza a los pies de la colina donde se levanta el Castillo de Edimburgo, y prosigue un kilómetro y medio más adelante hasta llegar al Palacio de Holyroodhouse, residencia oficial de la reina Isabel II en Escocia. En el camino te vas a encontrar la catedral de Saint Giles, famosa por su gran cúpula en forma de corona, así como el ultramoderno edificio del Parlamento Escocés, inaugurado en 2004.

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Ir en busca de Harry Potter
Si eres fanático de la saga literaria y fílmica, seguramente sabes que Edimburgo guarda muchísima relación con el mundo creado por J.K. Rowling. Para empezar, debes visitar el Elephant Café, donde la autora escribió gran parte de las primeras novelas. Después, hazte una selfie frente al colegio George Heriot School, principal inspiración de Hogwarts (¡hasta tiene su propio sistemas de «casas»!), o pasea por Victoria Street, que guarda gran parecido con el callejón Diagon.

Admirar la panorámica desde Arthur’s Seat
Otro lugar envuelto en leyenda: según algunas tradiciones literarias, en este volcán extinto pudo haberse ubicado el castillo de Camelot, sede de la corte del mítico rey Arturo. Y aunque nada ni nadie puede asegurar que lo anterior sea cierto, lo que sí es muy verdadero es que la vista de la ciudad y de los páramos escoceses se disfruta mejor desde este sitio indiscutiblemente bello.

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Visitar la National Scottish Gallery
No te puedes ir de una de las ciudades con más riqueza cultural del norte de Europa sin visitar uno de sus museos, de los cuales te recomendamos la National Scottish Gallery. Para empezar, su emplazamiento es único, pues se ubica en la cima de una colina rodeada de verdes prados y lagos artificiales. Además, el edificio que lo acoge también es muy bello y representa uno de los mejores ejemplos de la arquitectura neoclásica de Escocia. ¿Qué vas a encontrar en sus salones? Su colección abarca obras desde el Renacimiento hasta los años posteriores al impresionismo, por lo que verás cuadros de grandes como Boticelli, Rembrandt, Monet o Zurbarán, entre otros.