Como toda megalópolis, la capital británica puede presentar desafíos, sobre todo para aquellos individuos menos prevenidos. Para que no pases apuros y te corones como «monarca viajero», reunimos estos puntos a considerar en tu próxima visita.

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¡Aquí no hay euro!
El Reino Unido (aún) forma parte de la Unión Europea, sin embargo, es uno de los pocos países miembros que sigue manejando su propia moneda en lugar del euro. No está de más recordártelo y también hacerte notar que su tipo de cambio es elevado.

Las propinas suelen incluirse en la cuenta
Ojo con esto: en muchos bares y restaurantes es costumbre cargar entre un 10% y 15% como propina por el servicio, sin importar si lo solicitaste o no. Y si bien las propinas no son obligatorias, sí se espera recibirla (a menos que el servicio haya sido muy malo).

Hay pocos sitios con wifi público
Mientras que en muchas grandes ciudades del mundo es habitual encontrar spots con wifi público y gratuito, no sucede lo mismo en Londres. Para no andar peregrinando de red en red, te recomendamos adquirir una tarjeta SIM local.

Los acentos londinenses pueden ser complicados
Por más que hayas estudiado y memorizado los diálogos de Harry Potter, ello no te salvará de enfrentarte a la pronunciación veloz y entrecortada de los londinenses. Un ejemplo: si quieres saber cómo llegar a Leicester Square, lo mejor será que preguntes por Lister Square.

No es lo mismo London que The City of London
A la parte más antigua de la ciudad suele llamársele The City, esto para distinguirla de los otros barrios históricos que crecieron alrededor de ella y que hoy ya forman parte del Londres clásico. Tan acentuada es la diferencia que la pequeña y financiera The City tiene su propio gobierno —es como si el Centro Histórico de la CDMX fuera administrado aparte del resto de la capital.

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Hay comida deliciosa
La gastronomía británica tiene la triste reputación de ser mala y monótona, algo que no es del todo cierto. Compruébalo yendo a alguno de los barrios fuera del entorno turístico y prueba sus restaurantes étnicos, o pide a algún local que te recomiende un pub con buena comida, ya que algunos de estos bares no se distinguen por sus ricos sabores. Otra buena opción es visitar un mercado gastronómico, como Borough Market.

Los autobuses no aceptan dinero en efectivo
¡Tómalo muy en cuenta! Si quieres trasladarte por la ciudad empleando los famosísimos autobuses double decker, o a través de la red de transporte público, lo mejor será adquirir una Oyster Card y cargarla con crédito. La puedes comprar en cualquier estación del metro.

¡Muchos museos son gratuitos!
Esta es una de las muchas cosas que nos encantan de Londres, considerada la urbe con mayor cantidad de museos en el planeta; entre los recintos de libre acceso están el Museo de Historia Natural y el Museo Británico, dos sitios imperdibles. No está de más consultar en internet si existe algún cobro adicional en algún otro museo de tu elección.

Los alrededores valen muchísimo la pena
Sabemos que querrás exprimir y disfrutar al máximo tus días en esta ciudad, pero a muy poca distancia hay lugares increíbles. Considera lanzarte al pueblo de Bath; piérdete entre las callejuelas y librerías de Oxford; haz una visita a la realeza en Windsor o disfruta el estilo de vida campestre de la zona de The Cotswolds.

Sí, carga con un paraguas
El principal estereotipo de Londres es real: por encontrarse en el margen de un río y a cierta distancia del mar, el clima oceánico de la isla propicia días grises y chubascos recurrentes. La ciudad está tan habituada a ello que la lluvia no será impedimento para desplazarte o disfrutar de sus atractivos.